Ahora que todavía estamos en verano, no tenemos nada más que darnos una vuelta por nuestras playas para ver la gran presencia de residuos plásticos en ellas.
Restos de botellas, embases de todo tipo, restos de bolsas, trozos de tuberías, bastoncillos para limpiar las orejas, restos de juguetes, cajas, útiles de pesca…, plásticos al fin y al cabo, que el mar deposita todos los días en nuestras playas, y que si no vemos de forma contínua es porque el ayuntamiento de turno se preocupa de recogerlos todas las mañanas.
Estos residuos que nos devuelve el mar, es porque antes nosotros los hemos arrojado al mismo, bien directamente o los hemos arrojado a los ríos y que finalmente acaban en el mar.
Pero el mayor problema de los plásticos es que acaban transformándose en microplásticos, debido a las diversas erosiones que sufre, y una vez convertidos en microplásticos acaban intoduciéndose en la cadena trófica, que finalmente acaban también en nuestros organismos al ingerir pescado que contiente microplásticos y componentes de plásticos en sus organismos.
Estudios recientes realizados en el Reino Unido han puesto encima de la mesa otra fuente de microplásticos en los ríos y mares, que es las aguas procedentes de las estaciones depuradoras de aguas residuales, y esto es debido a que a estas plantas llegan aguas con microplásticos, pero no son efectivas para su eliminación.
Los estudios se realizaron en seis plantas de tratamiento de aguas residuales, y en todas ellas se encontraron mayor cantidad de microplásticos aguas abajo que aguas arriba del vertido.
Los microplásticos también se encontraron aguas arriba de los puntos de vertido, y según indican proceden de los lodos de aguas residuales empleados, una vez trasformados, en fertizilizantes agrícolas, así como también de la precipitación atmósférica de dichos microplásticos.
Así pues otro contaminante que deberían tener en cuenta los organismos y empresas gestoras de las plantas de tratamiento de aguas residuales, de tal manera que realicen las modificaciones necesarias para la eliminación de dichos microplásticos. Pero en todo caso lo que echamos de menos es una acción valiente por parte de la administración para reducir de forma drástica la producción y consumo de plásticos, así como una política clara de recogida de los mismos.