Tanto el año pasado como éste, diversos medios de comunicación se han hecho eco de diferentes estudios sobre la contaminación ocasionada por los cruceros de lujo, debido al empleo de un combustible tan contaminante como es el fuel oil. Desde Mar Sostenible queremos recordar que no sólo se produce esta contaminación en los cruceros de lujo.
El fuel oil empleado como combustible por los cruceros es 100 veces más tóxico que el diésel que utilizamos en nuestros vehículos y camiones, y además contiene 3500 veces más contenido de azufre que el diésel.
Riesgo para la salud
Investigaciones realizadas por la organización ecologista alemana NABU demuestran la elevada concentración de partículas contaminantes en las cubiertas de los cruceros, debidas fundamentalmente a las emisiones ocasionadas por el combustible empleado. Además la mayoría de las empresas del sector se niegan a emplear filtros para evitar que esa contaminación se vierta a la atmósfera, y que acaban respirando los cruceristas, con el consiguiente riesgo para su salud.
No solo son las emisiones a la atmósfera
Pero el problema de contaminación de los cruceros no solo es el ya comentado. La industria de los cruceros ha tenido un crecimiento espectacular los últimos años, ya que cada vez más gente opta por el crucero para pasar sus vacaciones, y cientos de cruceros que transportan a miles de turistas que están continuamente surcando los mares.
Algunos de estos cruceros llegan a zonas muy vulnerables desde el punto de vista medioambiental, como Alaska, Antártica, fiordos noruegos, Caribe y pequeñas islas en los más diversos mares. Los cruceros emplean aguas de lastre, que toman en un lugar y pueden verterla en otra zona muy alejada, con lo que se introducen especies no autóctonas de flora y fauna, así como dinoflagelados, causantes de las mareas rojas. También los vertidos de hidrocarburos también han sido objeto de numerosas denuncias.
Crucero: una auténtica ciudad flotante
Los cruceros además cada vez se han hecho más grandes, llegando algunos a transportar en torno a 5000 personas, incluyendo una muy numerosa tripulación. En estos enormes buques se pueden realizar muy diversas actividades, muchas de las cuales generan contaminación que se vierte a los mares donde navegan. En un crucero se generan gran cantidad de aguas residuales, residuos sólidos, aguas oleosas procedentes de sentinas, sustancias tóxicas…
Muchos de estos cruceros tienen más población que muchos pueblos y villas de nuestras costas, sin embargo la legislación sobre vertidos desde los barcos es mucho más laxa que la legislación sobre vertidos de aguas residuales urbanas, ya que la legislación internacional actual les permite verter aguas sin tratar cuando el barco se encuentra a más de 12 millas de la costa, y navegando a más de 4 nudos. También permite el vertido de basura orgánica a ciertas distancias de la costa.
Más responsabilidad, legislación, vigilancia y sanciones
Creemos necesaria una mayor responsabilidad por parte del sector de cruceros de tal manera que se evite el vertido de las aguas residuales sin tratar, de las aguas de lastre, así como para evitar que se arroje cualquier tipo de residuo al mar, y empleo de filtros adecuados para evitar el vertido de partículas contaminantes producto del empleo de combustibles.
En todo caso las autoridades marítimas deberían legislar, vigilar y promover las buenas prácticas medioambientales, así como impulsar cambios en la legislación marítima internacional, de tal manera que se proteja el medio ambiente marino.
Joaquín Alvarez Portela