Uno de los temas que más preocupa en cualquier actividad laboral es la seguridad. Pues bien en la actividad pesquera y marisquera este aspecto resulta primordial, y así lo demuestran los datos del alto índice de siniestralidad a bordo de embarcaciones pesqueras o bien realizando labores extractivas o de recolección de marisco, bien en playas o en las zonas más expuestas de la costa. El 90% de los accidentes se podrían haber evitado de adoptarse las pertinentes medidas de seguridad.
Reducir a mínimos la siniestralidad en la pesca y en el marisqueo debería ser un compromiso de las diferentes Administraciones y un reto posible si hubiese una verdadera y estrecha colaboración de todas las partes implicadas en la pesca.
Hoy queremos ofreceros el testimonio en primera persona de un percebeiro-marinero de Costa da Morte, que tiene como actividad principal el marisqueo, dedicado a la extracción o recolección de erizo, navaja, percebe y de forma esporádica trabaja con el arte de nasa del pulpo, y su visión sobre el tema de la seguridad en el mundo de la pesca:
“En la actividad diaria de pesca o marisqueo estamos permanentemente expuestos a una serie de situaciones que entrañan ciertos riesgos por llevar a cabo esta actividad en un medio tan hostil e impredecible como es el mar. Si, ese mar que tanto nos da y a veces tanto nos quita.
Para conseguir la pertinente habilitación para pescar o mariscar es preciso acreditar la realización de unos cursos de formación obligatorios, en los cuales consigues la correspondiente titulación para patronear una embarcación, o la formación básica para poder ser enrolado en cualquier embarcación de pesca. Además para ser percebeiro previamente tienes que realizar un curso específico.
En el curso de formación sanitaria nos aleccionan de cómo proceder en caso de algún tipo de accidente a bordo o cómo llevar a cabo una reanimación cardio pulmonar. Además a bordo es obligatorio llevar un botiquín, que varía en función de las dimensiones de la embarcación con una serie de medicinas, o útiles para hacer frente a unos primeros auxilios básicos.
Resulta curioso que para la mayor parte de la flota gallega artesanal, de pequeñas dimensiones, en muchos casos sin puente de mando, por tratarse de lanchas planeadoras y que faenan muy cerca de la costa, resulta complicado poder guardar a bordo dicho maletín por falta de espacio, y máxime si tenemos en cuenta que también es obligatorio disponer de los pertinentes chalecos y aros salvavidas.
Pues bien, en todos estos cursos los aspectos de seguridad se tienen muy en cuenta, tanto a nivel teórico como a nivel práctico. Pero lo cierto es que periódicamente tenemos que lamentar la pérdida de vidas en labores de pesca o marisqueo, y en muchos, yo diría que en demasiados, casos están estrechamente relacionados con aspectos de seguridad. En unos casos por el incumplimiento de la normativa en materia de seguridad, por parte nuestra (pescadores y mariscadoras/es) o en otros casos por la rigidez de la propia administración a la hora de autorizar que las embarcaciones estén dotadas de la potencia suficiente para poder escapar de situaciones de peligro, como es el caso de la actividad marisquera del percebe.
Por mi experiencia personal de muchos años como marinero y percebeiro confieso que me resulta muy incómodo realizar la faena diaria con el chaleco salvavidas puesto. Aunque la evolución en el diseño de los chalecos ha mejorado mucho en los últimos años, lo cierto es que en raras ocasiones hago uso del mismo, ya que me impide tener la agilidad necesaria para poder llevar a cabo con normalidad la faena diaria.
Hace unos días pude ver en distintos medios de comunicación que se había testado en la Cofradía de Cangas un prototipo de traje de neopreno denominado PERCEBEIRO SHIELD que permitiría detectar olas peligrosas, o el denominado “mar falso” o mar impredecible y que podría salvar la vida de muchos percebeiros.
Esperamos ansiosos que pronto se haga realidad la comercialización de dicho dispositivo y que no resulte un artículo de lujo. Para ello se hace necesaria la colaboración entre la empresa Nissan, que pone a disposición la patente y la administración para su desarrollo definitivo.
Me alegro que, por una vez, la innovación se ponga al servicio de las gentes del mar con el fin de salvar vidas.